Vender de forma cómoda, sencilla y disfrutando del proceso es posible

Vender es algo natural, lo hacemos desde pequeños y a lo largo de nuestra vida lo seguimos haciendo sin darnos cuenta. El problema llega cuando sentimos que “vendemos”. En ese momento nos bloqueamos y nos vienen a la mente todas las creencias y pensamientos negativos que hemos escuchado sobre los vendedores y también sobre el dinero.

¿Crees que no vendes de forma natural en tu día a día?

Te voy a poner varios ejemplos:

Vendes cuando tienes hijos y les explicas lo que tienen que hacer para ser buenos estudiantes y ser más responsables. Expones tus argumentos, les preguntas sobre lo que piensan y opinan y al final comentas tus razones para que lo entiendan y lleven a la acción lo que les has explicado.

Vendes cuando hablas con tu pareja para decidir qué hacer el fin de semana, cada uno dice lo que le gustaría y entre los dos, llegáis a un consenso. Decidiendo qué es lo mejor en ese momento o qué os apetece a los dos para ese fin de semana.

Vendes cuando hablas con tu madre sobre la vida, los problemas y le escuchas con atención sobre lo que le preocupa, y le das tu opinión, para que se sienta mejor y ayudarle a mejorar ese problema que tiene.

Vendes cuando quedas con una amiga y te cuenta una duda existencial sobre su vida, le escuchas y le preguntas qué quiere conseguir realizando esa acción, en ese momento le das tu opinión para que decida lo mejor para ella.

En todos estos casos, lo que haces es conversar, empatizar, conectar y ofrecer una solución, y evidentemente, dejar que decidan  los demás qué quieren hacer. Nunca hay que obligar, incomodar o atosigar.

 

Escuchar, preguntar y ofrecer una solución para mejorar el problema que tienen o conseguir lo que desean, es vender.

¿Crees que estos ejemplos son autenticas relaciones de venta?

Hemos hablado de escuchar, empatizar, descubrir el problema o deseo y dar unas razones para ofrecer la mejor solución. Y aceptar que al final la persona que tenemos delante debe decidir qué quiere hacer.

En estos puntos se basa un proceso de ventas, es más, mi método de ventas CIMA se basa en conectar, identificar, motivar y llevar a la acción a tu cliente. Por supuesto todo el proceso se basa en saber comunicar de forma clara, efectiva y persuasiva.

Hasta hace poco vender era “soltar la chapa” y ser pesado. Ahora mismo, de esto huimos todos. Incluida yo. Porque soy incapaz de hacer algo que a mí me molesta. Y estoy segura que  a ti te pasa lo mismo.

Por ello defiendo, enseño e implemento la venta generando buenas relaciones. Relaciones basadas en la honestidad, la empatía y el compromiso.

 

Vender es generar confianza, interesarte por tu cliente, motivarle y desde luego ilusionarle para que tome acción.

Vender es ayudar, mejorar y solucionar la vida de nuestros clientes con nuestros servicios y productos. ¿Qué te impide conseguir una venta de este tipo?

¿Qué pensamientos te frenan a la hora de ofrecer tus servicios y productos a tus clientes?

 

 

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